El dramaturgo, novelista, crítico y poeta irlandés Samuel Barclay Beckett (1.906-1989) cuya obra más conocida es el drama Esperando a Godot, fue quien lo escribió.
La cita pertenece a Worstward Ho , otra de sus obras sugerentes.
Y fue en la primavera de 2.013 que el tenista suizo Stan Wawrinka se lo tatuó en el antebrazo izquierdo con una bella caligrafía, para tenerlo bien presente:
“Ever tried. Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better”,
«Siempre Lo intentaste. Siempre Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor».
No fue un capricho, tampoco un adorno estético. Constituyó un elemento más del proceso de transformación en que se embarcó el suizo y que le llevó después a la consecución de tres torneos del ‘Grand Slam’.
No hace falta tatuarte nada, si no quieres por supuesto. Y tampoco que lo lleves tatuado te garantiza ganarle a Rafael Nadal la final del Abierto de Australia.
Pero lo que te recuerda este mensaje es que en el camino a cualquier cosa que te propongas, estarán presente los fracasos, y estos son necesarios como medio de aprendizaje. De cada fracaso aprenderemos, saldremos sin duda mejor.
Debemos reconsiderar el significado que le hemos dado al verbo fracasar, el fracaso no es lapidario, sino un escalón necesario para conseguir lo que nos proponemos.
Si tenemos la constancia de levantarnos una y otra vez, a pesar de los fracasos, el éxito está asegurado.
Y el éxito no es sólo un Gram Slam o algo que sale en los medios, el ÉXITO es saber y agradecer que Hoy estamos Vivos, saber que Somos Exitosos por sólo ese milagro.
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